Europa es uno de los
continentes que conforman el
supe continente euroasiático, situado entre los
paralelos 36º y 70º de
latitud norte. De forma convencional y por motivos histórico-culturales es considerada un continente, tras la delimitación realizada por el geógrafo ruso
Vasili Tatíshchev quien deseaba señalar la pertenencia de
Rusia a Europa y a
Asia.
[1] Las fronteras de Europa y la población son objeto de controversia, ya que el término continente puede referirse a un bien cultural y político o a distinciones fisiográficas. Andreas Kaplan describe a Europa como «una máxima diversidad cultural en una superficie geográfica mínima».
[2]
La definición más extendida es aquella que la define como situada en la mitad oriental del hemisferio norte, limitada por el
océano Ártico en el norte hasta el
mar Mediterráneo por el sur. Por el oeste, llega hasta el
océano Atlántico. Por el este, limita con
Asia, de la que la separan los
montes Urales, el
río Ural, el
mar Caspio, la cordillera del
Cáucaso, el
mar Negro y los
estrechos del
Bósforo y de
Dardanelos.
[3]
Europa es el segundo continente más pequeño en términos de superficie, que abarca 10 530 751 kilómetros cuadrados o el 2 % de la superficie del mundo y alrededor de 6,8 % del total de las tierras emergidas. Alberga un gran número de estados soberanos, cuyo número exacto depende de la definición de la frontera de Europa, así como de la exclusión o inclusión de estados parcialmente reconocidos. De todos los países europeos,
Rusia es el mayor en superficie (al mismo tiempo que es el
estado soberano reconocido internacionalmente más extenso del mundo), mientras que la
Ciudad del Vaticano es el más pequeño (al mismo tiempo que es el estado soberano e internacionalmente reconocido más pequeño del mundo). Europa es el cuarto continente más poblado después de
Asia,
África y
América, con una población de 739 000 000 o alrededor del 11 % de la población mundial.
Europa, en particular la
Antigua Grecia, es la cuna de la
cultura occidental. La caída del
Imperio Romano de Occidente, durante el período de la migración, marcó el fin de la
Edad Antigua y el comienzo de una era conocida como la
Edad Media. El
Renacimiento con sus consiguientes
humanismo,
arte y
ciencia, además de la
exploración llevaron al "viejo continente", y finalmente al resto del mundo, a la
Edad Moderna. A partir de este período las naciones europeas desempeñan un papel preponderante en los asuntos mundiales, desde el
siglo XVI en adelante especialmente, después del comienzo de la
colonización. En los siglos
XVII y
XVIII, las naciones europeas controlaron la mayor parte de
África,
América, y gran parte de
Asia, y posteriormente también
Oceanía.
La
Revolución Industrial, que comenzó en el
Reino Unido en el
siglo XVIII, dio lugar a un cambio radical en los ámbitos económico, cultural y social en Europa Occidental, y posteriormente en el resto del mundo. La
Primera Guerra Mundial y la
Segunda Guerra Mundial condujeron a una disminución en el dominio de Europa en los asuntos mundiales cuando los
Estados Unidos y la
Unión Soviética tomaron la preeminencia. La
Guerra Fría entre las dos superpotencias dividió Europa a lo largo del
Telón de Acero. La
integración europea dio lugar a la formación del
Consejo de Europa y la
Unión Europea en Europa occidental, las cuales se han expandido hacia el este desde la
caída de la Unión Soviética en
1991.
Actualmente, naciones que ejercen
poder hegemónico mundial como
Estados Unidos son el resultado del
imperialismo europeo